Las tortugas marinas son especies muy antiguas que hoy en día se encuentran amenazadas en casi todo el planeta. Las causas de su declive son variadas, pero todas son derivadas de la actividad humana: la pesca y captura por su carne o por su caparazón, el saqueo de huevos, la pérdida de zonas de puesta (playas con edificios o paseos marítimos, perros que se comen sus huevos), la presencia de plásticos y otros contaminantes que confunden con alimento…unido a otras más generales como el cambio climático o la sobrexplotación de los mares.
Tortuguero es un pueblo de Costa Rica con poco más de mil habitantes. Debe su nombre a la importante presencia de Tortuga verde (Chelonia mydas) en la época de puesta, considerándose una de las principales zonas de puesta del Atlántico. Además se pueden ver Tortugas Baulas o Laúd (cada vez más escasa), Carey y Cabezona (raras).
El pueblo ha experimentado un gran cambio en las últimas décadas, pasando de pocos habitantes a más de mil gracias a la prosperidad que ha traído el turismo de observación de tortugas marinas, con más de 100.000 turistas que vienen de todas partes del mundo cada año.
Sin embargo la zona no está libre de problemas: se siguen dando casos de matanzas de tortugas (sobre todo en zonas cercanas como San Francisco o Limón) y saqueo de huevos para consumo. Una tortuga marina tarda más de 20-25 años en volver a la playa en la que nació para desovar, y son pocas las que lo consiguen (a veces una por cada mil o cinco mil) por lo que su ritmo de recuperación tras una bajada de población es muy lento, varias décadas. Además, muchos habitantes, aunque no cacen tortugas siguen consumiendo huevos o carne que se vende clandestinamente en el pueblo.
Otro problema es que las casas están situadas al borde de la playa, con lo que las luces desorientan a las tortuguitas al nacer y van al lugar equivocado en vez de al mar, muriendo a las pocas horas. Aunque la población de Tortuguero vive del turismo que generan las tortugas, no hacen muchos sacrificios por ayudarlas, no existe una verdadera visión a largo plazo.
Por lo tanto, es necesaria una importante presencia de la educación ambiental y muchas acciones para concienciar a una población que está más interesada en generar dinero rápido que en conservar el recurso que lo genera. Varias organizaciones trabajan en investigación con tortugas marinas para ayudar a su conservación, pero sin la implicación de la comunidad, más interesada en generar riqueza, no es posible el cambio.
La investigación es esencial, pero nunca puede darse de espaldas a la educación ambiental, la función de las asociaciones no gubernamentales debe ser abrir los ojos de los residentes en el lugar, nunca imponer normas, pues el resultado puede ser el contrario. La educación ambiental es el nexo que une el mundo científico con la comunidad, de manera que en el futuro Tortuguero siga conociéndose por lo que es. Un lugar privilegiado para las tortugas marinas.
Juan